El TEJUBA de Las Torres de Cotillas lleva ya a sus espaldas cincuenta y tres años de fecunda actividad y proyección, más de medio siglo de entusiasmo, ilusión y calidad interpretativa que le pone en el Olimpo del teatro amateur español como grupo más veterano de un país que ha dado muchos siglos de oro en el arte de Talía.
La perdurabilidad del grupo escénico aficionado de más solera de nuestra piel de toro se achaca indudablemente a más que la capacidad innata de buen hacer sobre las tablas al acreditado afán de superación e inyección de entusiasmo puesto por un cuadro de actores incardinados en una sucesión de generaciones, de linajes encadenados de abuelos, padres y nietos. Y es que el TEJUBA muestra día a día a la Región de Murcia y a las tierras allende la misma que el no ser profesional no es óbice para hacer una puesta en escena de calidad, una maestría que no le va a la zaga a la de los preclaros nombres de la interpretación.
Vocación, experiencia fascinante, motivación, diversión, esparcimiento, formación, didáctica de la vida,..., cualidades todas ellas de las que hacen gala los torreños y torreñas del TEJUBA, atrapados en la magia de una destreza artística que su director el docente Joaquín Cantero les hace interiorizar como algo sugestivo y enriquecedor de trayectorias personales y colectivas, las que integran esta escuela de convivencia, armonía, grata disciplina y amor por la Cultura con mayúsculas que en 1966 fundara el miembro de una de las sagas más ilustres del teatro amateur murciano como era Juan Baño, de quien toma su nombre el conjunto decano de la escena aficionada española.
Cuando uno se halla en el patio de butacas de la Casa de la Cultura "Pedro Serna" de Las Torres de Cotillas -rotuladas con los nombres y apellidos de actores que han sido, son y están en el TEJUBA- uno entiende perfectamente que cada obra representada por este cuadro de intérpretes es un chute de vitalidad, un motivo más para seguir haciendo teatro mañana y pasado mañana.
El TEJUBA, en esa panoplia de éxitos, excelencias y acreditado pedigrí cultural, con su combinado de gentes de toda clase, edad y condición, ha hecho del concepto de participación popular de un municipio como Las Torres de Cotillas un logro, una referencia y una tradición.
Para el TEJUBA torreño el teatro es lenguaje, sentimiento, respiración del alma, vitalismo, situándolo como el más bello y maravilloso escaparate del mundo.
El TEJUBA hace vez tras vez cultura y municipio, configurándose como una prestigiosa institución que lleva el nombre de Las Torres de Cotillas por infinidad de escenarios.
El TEJUBA torreño es un modelo humano de perfección ante la vida misma, protagonista principal de una fabulosa aventura que comenzó hace cincuenta y tres años y que el destino le augura una merecida eternidad gozosa de triunfos y jalones por conquistar.
Por eso y por mucho más, que estas lineas sirvan para tributar al TEJUBA el mayor homenaje que se merece por ser parte nada desdeñable del inmenso caudal cultural de nuestra tierra. Además un fuerte aplauso por esos monólogos recientemente llevados al escenario que demuestran en su ejecución la versatilidad de lo bien hecho.
Juan José Ruiz Moñino