"Más de cuatro siglos de cofradías torreñas", por Juan José Ruiz Moñino

Desde la Reconquista cristiana de nuestra tierra murciana floreció un universo de asociaciones de laicos bajo denominaciones de Hermandades, Cofradías, Congregaciones, Órdenes Terceras, etcétera. Estas organizaciones se desarrollaron históricamente en los siglos de la Edad Moderna, subsistieron en el siglo XIX y se mantienen hoy con pujanza en la actual centuria.

La existencia del asociacionismo religioso en nuestra Villa torreña ya aparece documentada en los albores del siglo XVII -concretamente en el año 1612- cuando el entonces párroco de Cotillas, Pedro Casquer, informaba al fraile dominico Juan de Pereda que los moriscos del municipio habían creado tres cofradías: Benditas Animas, Santísimo Sacramento y Santo Rosario.

A lo largo de los tres siglos que convencionalmente denominamos Edad Moderna estas entidades no tuvieron un desarrollo uniforme y constante en la localidad, sino que fueron realidades cambiantes, dependientes unas veces de los recursos económicos de sus miembros, otras del celo y la fe de los mismos e incluso de otras circunstancias sobrevenidas, siempre bajo la mirada de la autoridad eclesiástica correspondiente, e incluso de la civil.

Hablamos por lo que a Cotillas concierne de advocaciones y devociones sometidas a los avatares teológicos y a la influencia de las grandes órdenes religiosas. Así, la cofradía del Santísimo Sacramento, tras el Concilio de Trento, tuvo como objetivo el afianzamiento de la Eucaristía frente a las doctrinas reformistas; y la popular devoción a la Virgen del Rosario estuvo estrechamente vinculada a la difusión de los dominicos, importante en la geografía murciana.

Las tres Hermandades torreñas mencionadas, como se refleja en el inventario de bienes que, procedentes de donaciones testamentarias de personas que se adscriben a la institución y/o particulares ajenos a la misma por gracias espirituales recibidas e indulgencias que se otorgan al alma del difunto y otros beneficios terrenales, publica el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia en su edición del día 27 de abril de 1853 llegaron a poseer un total de 89 tahúllas de regadío (Ánimas, 46; Rosario, 27, y Santísimo Sacramento, 16) que, distribuidas en 25 fincas y con un valor patrimonial de casi 80.000 reales de vellón, les reportaba al año una renta de otros 2.000 por arriendos y beneficios de cosechas, destinados a sufragar atenciones caritativas, sociales, cultos en fechas señaladas y en actos derivados del fallecimiento de los cofrades (ya fueran rezos, entierros y similar) o inversiones en obras y acequias.

La ley de desamortización que en el año 1855 puso en marcha el que fuera Ministro de Hacienda Pascual Madoz con el objeto de declarar "la venta de todos los predios rústicos y urbanos, censos y foros pertenecientes: al Estado; al clero; a las órdenes militares de Santiago, Alcántara, Calatrava, Montesa y San Juan de Jerusalén; las obras pías y santuarios; a los propios y comunes de los pueblos; a la beneficencia; a la instrucción pública, y cualesquiera otros pertenecientes a manos muertas y su salida a pública subasta", acabaría con este patrimonio de terrenos de las cofradías torreñas.

Pero eso ya forma parte de otra historia.

Juan José Ruiz Moñino

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

  • MONTES BERNÁRDEZ, R.: La Cofradía de San Juan Evangelista (Las Torres de Cotillas-Murcia), colección "A orillas del Guatazales" número 7, ed. Ayuntamiento de Las Torres de Cotillas, 2008.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE MURCIA, edición del día 27 de abril de 1853.
  • Wikipedia.

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