"Política municipal: lo corriente hecho virtud"

Artículo de opinión de Juan José Ruiz Moñino

Cuando alcanzamos la etapa final de la presente Legislatura es momento de recapitular en lo que a la política más cercana al ciudadano se refiere, la municipal, base de la genuina democracia. Es ocasión en la que por tanto se concentran infinidad de emociones, sentimientos y sensaciones de diversa expresión. Palabras y gestos en provisión de proyectos, de expectativas, de porvenir, de esperanza, de demandas, inquietudes, reivindicaciones pero principalmente lo que nunca falta es esa mirada al horizonte cercano, una visión positiva, de optimismo, sinceridad, con ansias de solucionar problemas, afrontar retos, alcanzar desafíos.

La vida cambia, los tiempos pasan, las etapas humanas se suceden, y es que cambiamos con el tiempo con el consiguiente relevo generacional pero siempre permaneciendo esa filosofía de buen gobierno que viene caracterizando a un ayuntamiento que esté a pie de calle, la de ser instrumento práctico, útil para transformar cada día a mejor un municipio, sus condiciones de calidad de vida. Una labor de gestión local que nunca debe soslayar una tarea limpia, transparente, ejemplar, al servicio de los vecinos, enfocada segundo a segundo y a partes iguales a resolver los problemas de la ciudadanía y con dilatada visión de futuro.

Y es que una apuesta de gobierno en mayoría suficiente se gana desde la entrega constante, la rendición de cuentas ante los vecinos, el diálogo permanente, la voluntad de acuerdo, consenso, como ingredientes de un adecuado y exigible ejercicio de servicio público. Ésa es la primordial receta de la política esencial, la de cercanía de un Consistorio abierto a su vecindario, que tenga en cuenta a los agentes económicos, sociales y participativos, a los pequeños comerciantes, a los emprendedores que deben ver en el ayuntamiento un aliado en sus proyectos de atraer/crear/consolidar tejido productivo y generador de empleo.

Hay que seguir en esa estrategia de ser palanca activa de políticas de avance para un municipio recabando asimismo la colaboración de las demás Administraciones Públicas para continuar impulsando servicios, infraestructuras,…, como institución garante de los intereses generales de una localidad. No hay que olvidar que un alcalde o un concejal es ese cargo público que vive al lado de su vecino, que coincide con él jornada a jornada, un alcalde o concejal al que se le reconoce al andar por la calle, un alcalde o un concejal que toma parte de primera mano en las decisiones de futuro del municipio. Parafraseando al rey castellano Alfonso X El Sabio, un alcalde debe ser el primer vecino, el primer servidor a su municipio y a sus conciudadanos.

Porque todo pueblo es una inmensa plaza pública donde confluyen vecinos de toda edad, condición, sensibilidad, un foro rompeolas y constructivo de diversos intereses, anhelos, deseos,…para confluir en un espacio cual centro de convivencia para sacar adelante ideas de mejora y solución de la cotidianeidad de una localidad, donde las contradicciones, conflictos y diferencias se superen con ilusiones, expectativas de ir a más y mejor. Sigamos sumando. 

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